A veces las fronteras entre la vida real y virtual se desdibujan. El acoso en línea se convierte en una triste realidad para muchas personas. María del Milagro Lohezic, una joven de 28 años, no tuvo otra opción y compartió su angustiante experiencia de acoso por redes sociales. El primer contacto fue en enero de 2018, cuando un correo electrónico anónimo apareció en su bandeja de entrada. “Me contaba que me había encontrado por Twitter y ahí manifiesta que había leído mi cuenta entera, los 15.200 tweets y que estaba muy enamorado de mí”, cuenta.
El acosador pasó de ser un “admirador” secreto a una presencia abrumadora en la vida de “Mili”. En noviembre de 2018, sus mensajes se volvieron intensos. La joven, sintiéndose incómoda, le pidió que dejara de comunicarse con ella. A lo largo del 2019, su acosador persistió enviándole correos electrónicos que detallaban aspectos íntimos de su vida. “Me escribía sobre la música que me gustaba y sobre las películas que había visto”, sostiene Milagro. “Describía también todo el enojo que él sentía, la frustración al haber descubierto que lo había bloqueado, eso lo enoja muchísimo. Más allá de que los mensajes no demostraban violencia la actitud de él era violenta”, añade.
La situación tomó un giro aterrador cuando “Mili” decidió cerrar sus cuentas de redes sociales y perderse virtualmente. A pesar de sus esfuerzos por desaparecer, Luciano Rainieri logró rastrearla físicamente entre junio y julio de 2019. El primer encuentro físico tuvo lugar en un evento público. “Estábamos en un teatro me acuerdo que hacía frío y nosotros estábamos sentados con mi familia en una de las últimas filas de repente se sienta él al lado de mi papá, cuando me doy vuelta para verlo me quedo helada porque era la primera vez que que lo veía y no pude reaccionar, o sea, simplemente me quede congelada”, relata.
A raíz de este encuentro Milagro decide realizar la primera denuncia y su abogado mantiene un primer contacto con la familia Ranieri, “su mamá estaba muy confundida porque Luciano le comentaba que yo era una histérica. Que le mandaba señales confusas por Twitter que no le daba cabida su enamoramiento y que además me había puesto de novia con otra persona. Le contaba que teníamos un vínculo tóxico”, relata Milagro. “Esa llamada nos asustó un montón porque quería decir que Luciano sí estaba pensando que teníamos una relación”, agrega.
Con la presencia de Ranieri en la vida de Milagro todo cambió. “Me da muchísimo miedo todo, me siento súper perseguida de estar aquí. No puedo salir sola, tengo que estar acompañada por mi novio o por mi familia, ¿dónde estás? ¿qué estás haciendo? ¿ya llegaste a tu casa? ¿llegaste bien?. Tengo muchas ganas de estar tranquila de que todo esto cese de una vez. Como muchas veces yo se lo pedí a Luciano”, sostiene Lohezic.
No solo se sintió amenazada por su acosador, sino que también se vio enfrentando una barrera legal en su búsqueda de ayuda. Al intentar presentar una denuncia, se encontró con la falta de legislación específica para casos de acoso. “Hace unas semanas cuando fuimos a la policía para hacer otra denuncia me dijeron que mi caso se parecía bastante al de Paola Tacacho y que no hay legislación ni pena por acoso que no se puede hacer mucho más”, sostiene. “Por eso decidí publicarlo en las redes sociales. Aunque yo no tenía muchas ganas porque es exponer mucho de mi vida. Pero el hecho de que esto quede en nada otra vez y de que él pueda volver a buscarme en mi casa, volver a llamar a mis amigas, volver a frecuentar a los lugares en los que me muevo me hace tener miedo”.
“Ojalá que con la difusión esto termine, su familia trabaje con él y que pueda entender lo que le venimos diciendo hace 6 años. Que realmente no sea no y nada más”, termina.
Audiencia clave: se define la situación del acusado de acoso
“Vamos a esperar el resultado de la junta médica para saber si el imputado está en condiciones de someterse a un proceso o no. A nuestro entender, (Luciano) Ranieri comprende los actos y tiene una obsesión sumamente peligrosa con nuestra representada”. aseguraron Agustina Lasquera y José María Molina, los representantes legales de María del Milagro Lehazic.
En una audiencia que se realizará hoy se tocará ese tema y el pedido de prórroga de la prisión preventiva en contra del joven que está acusado de lesiones leves a la salud mental por 10 días más, es decir, cuando el fiscal Gerardo Salas ya tenga en su poder los resultados del estudio que realizarán varios profesionales, puesto que el del oficial no fue habría sido lo suficientemente claro. “Una vez que esté el informe, sabremos cómo y por dónde avanzar junto con el MPF”, declararon los querellantes. “Nuestra prioridad es resguardar la salud integral de la víctima, su salud física y también psíquica y a qué pueda continuar con una vida libre de violencias de cualquier tipo”, argumentó Lasquera.
“Es un caso que conmociona y alerta a la sociedad por su similitud con el de Paola Tacacho. No olvidemos que Milagro no tuvo jamás contacto con el acusado, lo conoció personalmente cuando este averiguó dónde vivía. Sabemos que la estudió, sabe a qué se dedican sus padres, sus hermanas, entre otros parientes”, destacó Molina. “Por eso resulta muy importante analizar el caso con suma cautela, nuestra representada y su familia viven atemorizados, y ella padeció los daños de ello a raíz del comportamiento del acusado a lo largo de los años”, finalizaron.
Dónde pedir ayuda
- Comisaría de la Mujer: Don Bosco 1886. Teléfono: 4514912 y atención equipo interdisciplinario de 8 a 12 y de 14 a 16, de lunes a viernes. Funciona una guardia las 24 horas.
- En la comisaría más cercana a tu domicilio las 24 horas.
- Oficina de Violencia Doméstica del Poder Judicial: Lamadrid 450. Teléfono: 4248000 interno 147, de 7 a 19.
- Observatorio de la Mujer: Centro de Salud, de 8 a 18.
- Fiscalía de Instrucción Especializada en Violencia Familiar y de Género: Tribunales de avenida Sarmiento 431. Teléfono: 4524643.